Mírame aquí, de nuevo en la madrugada escribiendo sobre ti.
Pero no puedo hacerme a la idea de no tenerte cerca de mí,
de voltear desde esta silla hacia mi cama y no verte dormido ahí.
Sé que mientras yo estoy pensando en ti, tú estás pensando en ella;
en el por qué no están juntos, en los recuerdos que tienes a su lado,
cada instante que compartieron, cada pelea, cada sonrisa, cada mirada.
Y mientras tú piensas en ella, yo sigo pensando en ti.
No puedo evitarlo, no puedo dejar de sentir esto, de pensarte, de soñarte;
de imaginar que estás a mi lado y recordar esos pequeños pero maravillosos instantes que junto a ti pasé.
Porque este cuento duró mucho menos que una fábula, aunque todo fue tan irreal como en ésta.
Sin embargo, los segundos de tu tiempo que conmigo compartiste, nunca podré olvidarlos, y siempre con una sonrisa entreabriendo mis labios, te recordaré.
miércoles, 10 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Esta Muy Buena. Me sentí muy identificada :)
ResponderEliminarEs una lastima que existan personas que desairan el afecto de uno o una. Pero aquellos y aquellas sólo recibirán una patada en el trasero en transcurso del tiempo.
ResponderEliminar