viernes, 2 de julio de 2010
miércoles, 9 de junio de 2010
Este día.
Aún no puedo creer que este día haya llegado,
parecía ser tan lejano, pero ahora estoy aquí, así.
Sigo pensando en ti, al igual que hace unos meses,
ha sido inevitable cualquier intento realizado para
que esto cambiara, no lo entiendo pero ya no busco
una explicación; soy feliz sintiendo lo que siento por ti.
Sé que hoy no es un día fácil para ti,
así que descarto aún más la posibilidad de verte
que de por sí no tenía, sólo quiero asegurarme
de que estás bien. Quiero quedarme tranquila
y así poder pasar tranquila esta fecha.No debería contar los años, sino los momentos que he pasado.
Sin embargo, todavía estoy haciéndome la idea de mi nueva edad,
hasta me siento rara de tan sólo pensar en ella.
Aunque para muchos es poco, para mí es bastante, aunque también
considero insuficientes estos años para todo lo vivido;
amor, desamor, alegrías, tristezas, enfermedades, ilusiones,
tropiezos, festejos, pérdidas, canciones, triunfos, fracasos.
Un sin fin de momentos que se han ido creando en estos veinte años.
jueves, 3 de junio de 2010
El último recuerdo.
Han pasado 365 días desde aquel último beso,
no puedo sacar las imágenes de mi loca cabeza,
cómo no recordar que fuiste tú quien caminó
hacia la entrada de tu cuarto y me besó.
Yo aún no sabia que ya estabas con ella,
no tenía ni siquiera una idea que habías tomado
esa decisión sin poder siquiera avisarme.
¿Y cómo pensabas decírmelo?
Quizá por eso nunca lo hiciste.
Guardo cada recuerdo a tu lado,
y no me arrepiento, te agradezco por todo;
por las risas, las lágrimas, las locuras, las palabras,
los silencios, los besos, los abrazos, los kilómetros
que juntos caminamos por tu ciudad y la mía.
Aunque tuvieron que pasar dos meses para volver a hablarte,
y ocho más para que pudiera estar de nuevo frente a ti.
Sé que en una ocasión me viste con alguien más, aunque
nunca me dijiste nada sobre eso, yo tampoco lo mencioné.
Nunca imaginamos lo que pasaría con tan solo unos comentarios por internet,
y mucho menos en esos días cuando estuve en el hospital y tus mensajes alegraban
mis noches, y me hacían olvidar el terrible calor de ese mes.
Nuestra historia siempre quedará guardada en nuestros recuerdos;
en las imágenes, las calles, los sabores, los planes, las canciones, los lugares.
Nunca te pedí nada a cambio, pero me diste mucho aunque no lo sepas.
Porque éramos la historia que nunca se iba a contar, aunque al final no fue así.
no puedo sacar las imágenes de mi loca cabeza,
cómo no recordar que fuiste tú quien caminó
hacia la entrada de tu cuarto y me besó.
Yo aún no sabia que ya estabas con ella,
no tenía ni siquiera una idea que habías tomado
esa decisión sin poder siquiera avisarme.
¿Y cómo pensabas decírmelo?
Quizá por eso nunca lo hiciste.
Guardo cada recuerdo a tu lado,
y no me arrepiento, te agradezco por todo;
por las risas, las lágrimas, las locuras, las palabras,
los silencios, los besos, los abrazos, los kilómetros
que juntos caminamos por tu ciudad y la mía.
Aunque tuvieron que pasar dos meses para volver a hablarte,
y ocho más para que pudiera estar de nuevo frente a ti.
Sé que en una ocasión me viste con alguien más, aunque
nunca me dijiste nada sobre eso, yo tampoco lo mencioné.
Nunca imaginamos lo que pasaría con tan solo unos comentarios por internet,
y mucho menos en esos días cuando estuve en el hospital y tus mensajes alegraban
mis noches, y me hacían olvidar el terrible calor de ese mes.
Nuestra historia siempre quedará guardada en nuestros recuerdos;
en las imágenes, las calles, los sabores, los planes, las canciones, los lugares.
Nunca te pedí nada a cambio, pero me diste mucho aunque no lo sepas.
Porque éramos la historia que nunca se iba a contar, aunque al final no fue así.
sábado, 15 de mayo de 2010
A tu lado, aunque no puedas verme.
Quizá no puedo darte las mejores palabras en este momento,
pero estoy segura que él está muy orgulloso de ti, al igual que yo y muchas personas más, y siempre estará aquí contigo para darte las fuerzas necesarias para luchar, seguir y conseguir lo que deseas.
Todo en esta vida tiene una razón de ser, dicen que nada pasa porque sí, y aunque existen muchas ocasiones no entendemos las razones que pudieran haber para que algo haya ocurrido, en cierto momento, sé que se llega a entender mucho.
Quisiera tener la fuerza necesaria para ir junto a ti y al menos poder abrazarte; no sabes cuánto me duele no poder hacerlo, siento que vuelvo a fallarte aunque nuevamente no es por falta de voluntad, sino por algo más.
pero estoy segura que él está muy orgulloso de ti, al igual que yo y muchas personas más, y siempre estará aquí contigo para darte las fuerzas necesarias para luchar, seguir y conseguir lo que deseas.
Todo en esta vida tiene una razón de ser, dicen que nada pasa porque sí, y aunque existen muchas ocasiones no entendemos las razones que pudieran haber para que algo haya ocurrido, en cierto momento, sé que se llega a entender mucho.
Quisiera tener la fuerza necesaria para ir junto a ti y al menos poder abrazarte; no sabes cuánto me duele no poder hacerlo, siento que vuelvo a fallarte aunque nuevamente no es por falta de voluntad, sino por algo más.
martes, 11 de mayo de 2010
Qué sorpresas da la vida...
Más de veinticuatro horas en carretera para verte,
y tú ni siquiera me regalaste una palabra.
Tan solo apareciste afuera de tu casa y bajaste la mirada,
yo aún no sabía nada, hasta que apareció ella.
Qué irónico, iba con la idea de pasar esos meses a tu lado,
tratando de olvidar una desilusión, y sólo fui a encontrar otra.
Sé que no fue tu culpa, todo fue tan rápido y tú no sabías nada;
pero mínimo esperaba que llegaras, que al menos me saludaras.
En esas semanas pude verte un par de veces más,
tú mamá me la presentó; tú ni siquiera bajaste del auto
para saludar a la mía.
A todos nos tomó por sorpresa la noticia, en especial a ti, lo sé.
Todos los planes que habíamos creado en un par de días,
desaparecieron de un solo golpe.
Toda una vida tratando de no estar juntos, y cuando había llegado
la oportunidad de intentar lo que nuestras familias habían planeado
desde nuestra infancia, te enteras de esto y en unas semanas todo cambió.
No me duele tanto lo que pasó, porque aunque habías reaparecido en
mi vida para intentar sacarme sonrisas y crear momentos que no sucedieron, no existía un sentimiento más allá del cariño que nos hemos tenido siempre.
Quizá en el momento que supe todo no encontraba una
respuesta a mi racha de mala suerte en turno,
pero después entendí que tal vez fue mejor,
eres más necesario allá que aquí, y siempre va a ser así.
Espero algún día hablar contigo, no me hago la idea de que perdamos
la comunicación sólo por esto, yo entiendo.
y tú ni siquiera me regalaste una palabra.
Tan solo apareciste afuera de tu casa y bajaste la mirada,
yo aún no sabía nada, hasta que apareció ella.
Qué irónico, iba con la idea de pasar esos meses a tu lado,
tratando de olvidar una desilusión, y sólo fui a encontrar otra.
Sé que no fue tu culpa, todo fue tan rápido y tú no sabías nada;
pero mínimo esperaba que llegaras, que al menos me saludaras.
En esas semanas pude verte un par de veces más,
tú mamá me la presentó; tú ni siquiera bajaste del auto
para saludar a la mía.
A todos nos tomó por sorpresa la noticia, en especial a ti, lo sé.
Todos los planes que habíamos creado en un par de días,
desaparecieron de un solo golpe.
Toda una vida tratando de no estar juntos, y cuando había llegado
la oportunidad de intentar lo que nuestras familias habían planeado
desde nuestra infancia, te enteras de esto y en unas semanas todo cambió.
No me duele tanto lo que pasó, porque aunque habías reaparecido en
mi vida para intentar sacarme sonrisas y crear momentos que no sucedieron, no existía un sentimiento más allá del cariño que nos hemos tenido siempre.
Quizá en el momento que supe todo no encontraba una
respuesta a mi racha de mala suerte en turno,
pero después entendí que tal vez fue mejor,
eres más necesario allá que aquí, y siempre va a ser así.
Espero algún día hablar contigo, no me hago la idea de que perdamos
la comunicación sólo por esto, yo entiendo.
domingo, 9 de mayo de 2010
Ahora comprendo.
Hace un año estábamos juntos,
riéndo por nuestro bandalismo en nuestro puente,
corriendo de las gotitas de lluvia que amenazaban
con mojar las copias por las que fuimos,
probando nuevos sabores de raspados,
caminando hacia tu casa y subiendo nuestra foto al metroflog
desde aquel sillón en el que tantas horas pasamos.
Ahora comprendo qué era lo que tenías qué decirme cuando
nos detuvimos en la parada de la combi,
entiendo que no era fácil
y las palabras que tenías que pronunciar nunca salieron de tus labios;
pero sé que a pesar de todo, siempre estarás a mi lado y yo junto a ti,
porque te quiero mucho, y no te quiero nada.
riéndo por nuestro bandalismo en nuestro puente,
corriendo de las gotitas de lluvia que amenazaban
con mojar las copias por las que fuimos,
probando nuevos sabores de raspados,
caminando hacia tu casa y subiendo nuestra foto al metroflog
desde aquel sillón en el que tantas horas pasamos.
Ahora comprendo qué era lo que tenías qué decirme cuando
nos detuvimos en la parada de la combi,
entiendo que no era fácil
y las palabras que tenías que pronunciar nunca salieron de tus labios;
pero sé que a pesar de todo, siempre estarás a mi lado y yo junto a ti,
porque te quiero mucho, y no te quiero nada.
jueves, 22 de abril de 2010
Alguien me dijo que ya sabía que me gustabas.
Y todo esto fue tan rápido, tan sorpresivo; no sabía que me había fijado en ti a pesar de que todo lo indicaba, ¡soy tan distraída!. Y sé que quiero arriesgarme por esto, por ti.
Recuerdo el día que te vi por vez primera, recuerdo el momento en el que apareciste en la puerta de aquel lugar, y también recuerdo el instante en el que sentí celos por ti.
No pasaron muchos días para comenzar a sonreir cada vez que hablaba contigo, fue poco el tiempo que pasó para que te volvieras mi inspiración, y de repente, un día amanecí pensando en ti. No han sido muchas las horas que hemos compartido, sin embargo conservo cada uno de los momentos que hemos tenido; tal vez nos apresuramos con todo esto, tal vez lo mejor era sólo habernos saludado. Sin embargo, nunca cambiaría cada segundo a tu lado, cada abrazo, cada mirada, cada palabra. Porque aunque a veces no decimos nada, cada silencio puede llegar a decir tanto; tú y yo sabemos que no es necesario hablar de todo lo que pasa, parece que a pesar de no tener nada, ni siquiera un nombre para asignarle a esto, o a lo que pasó, coincidimos en que hay conversaciones que no debemos tener, temas que ya fueron, y no tenemos por qué hablarlos; no me gusta cuestionarte, aunque sé que a veces he llegado un poco a reclamarte.
Simplemente he sentido algo por ti, es extraño, en muy poco tiempo llegaste a ocupar gran parte de mí. Hasta he llegado a sentir la necesitad de decirte algo más, algo que no sé cómo pronunciar. Y esque esto fue algo efímero, no tenemos una historia como la que tengo con él, y la que tú tienes con ella.
No puedo hablarte de nuestro pasado juntos porque no existe, sólo existen días en un presente que ya no lo es, sólo existirán momentos que nunca llegaremos a tener.
Mientras tanto, seré feliz por ti, porque nos merecemos serlo; porque gracias a ti tengo ganas de seguir, porque me has hecho nuevamente sonreir.
Recuerdo el día que te vi por vez primera, recuerdo el momento en el que apareciste en la puerta de aquel lugar, y también recuerdo el instante en el que sentí celos por ti.
No pasaron muchos días para comenzar a sonreir cada vez que hablaba contigo, fue poco el tiempo que pasó para que te volvieras mi inspiración, y de repente, un día amanecí pensando en ti. No han sido muchas las horas que hemos compartido, sin embargo conservo cada uno de los momentos que hemos tenido; tal vez nos apresuramos con todo esto, tal vez lo mejor era sólo habernos saludado. Sin embargo, nunca cambiaría cada segundo a tu lado, cada abrazo, cada mirada, cada palabra. Porque aunque a veces no decimos nada, cada silencio puede llegar a decir tanto; tú y yo sabemos que no es necesario hablar de todo lo que pasa, parece que a pesar de no tener nada, ni siquiera un nombre para asignarle a esto, o a lo que pasó, coincidimos en que hay conversaciones que no debemos tener, temas que ya fueron, y no tenemos por qué hablarlos; no me gusta cuestionarte, aunque sé que a veces he llegado un poco a reclamarte.
Simplemente he sentido algo por ti, es extraño, en muy poco tiempo llegaste a ocupar gran parte de mí. Hasta he llegado a sentir la necesitad de decirte algo más, algo que no sé cómo pronunciar. Y esque esto fue algo efímero, no tenemos una historia como la que tengo con él, y la que tú tienes con ella.
No puedo hablarte de nuestro pasado juntos porque no existe, sólo existen días en un presente que ya no lo es, sólo existirán momentos que nunca llegaremos a tener.
Mientras tanto, seré feliz por ti, porque nos merecemos serlo; porque gracias a ti tengo ganas de seguir, porque me has hecho nuevamente sonreir.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)