jueves, 3 de junio de 2010

El último recuerdo.

Han pasado 365 días desde aquel último beso,
no puedo sacar las imágenes de mi loca cabeza,
cómo no recordar que fuiste tú quien caminó
hacia la entrada de tu cuarto y me besó.

Yo aún no sabia que ya estabas con ella,
no tenía ni siquiera una idea que habías tomado
esa decisión sin poder siquiera avisarme.
¿Y cómo pensabas decírmelo?
Quizá por eso nunca lo hiciste.

Guardo cada recuerdo a tu lado,
y no me arrepiento, te agradezco por todo;
por las risas, las lágrimas, las locuras, las palabras,
los silencios, los besos, los abrazos, los kilómetros
que juntos caminamos por tu ciudad y la mía.

Aunque tuvieron que pasar dos meses para volver a hablarte,
y ocho más para que pudiera estar de nuevo frente a ti.
Sé que en una ocasión me viste con alguien más, aunque
nunca me dijiste nada sobre eso, yo tampoco lo mencioné.

Nunca imaginamos lo que pasaría con tan solo unos comentarios por internet,
y mucho menos en esos días cuando estuve en el hospital y tus mensajes alegraban
mis noches, y me hacían olvidar el terrible calor de ese mes.

Nuestra historia siempre quedará guardada en nuestros recuerdos;
en las imágenes, las calles, los sabores, los planes, las canciones, los lugares.
Nunca te pedí nada a cambio, pero me diste mucho aunque no lo sepas.
Porque éramos la historia que nunca se iba a contar, aunque al final no fue así.

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