Y sólo me queda el ver nuestras fotos y llorar... no
encuentro algo más qué hacer con todo este sentimiento de tristeza y desilusión
que sigues creando en mí a pesar de ya no estar conmigo. Cada día me pregunto
cómo pude estar contigo y no darme cuenta cómo eras en realidad, afortunada o
desafortunadamente ya no estamos juntos, y aunque me duele, te extraño un
chingo y quisiera abrazarte fuertemente durante horas, sé que no pasará.
Y este 5 de diciembre será muy difícil, pero no tanto cómo lo fue el 18 de
septiembre, cuando me di cuenta que tenía un mes sin vivir contigo, y empezaste
a hacerme falta.
Casi dos meses sin dormir contigo, casi dos meses sin que
cuidaras de mi, sin desayunar, comer ni cenar juntos, casi dos meses desde que
decidiste que habían cosas más importantes en tu vida, y también casi dos meses
desde que fuiste a hablar mal de mí ante otras personas y después volviste a
verme, besarme y sonreírme como si no hubiese pasado nada.
Y es que se suponía que la que ya no podía seguir en escena
era yo, pero nunca me di cuenta que el papel estelar lo tenías tú.
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